Artículo "El coaching sanador" PUBLICADO EN EL BLOG MEDICOS Y SANADORES DE PACO BARNOSELL

Coaching sanador

¡Hola!, soy Sonia Pérez, y entre otras cosas, soy Coach Profesional con acreditación por la Federación Internacional de Coaching. No me considero sanadora y mucho menos médico, aunque sí he podido comprobar en las sesiones de coaching que hago con mis clientes, que muchas de las dolencias a nivel físico que manifiestan algunos clientes, tienen una raíz emocional sin trabajar y que se refleja en enfermedad, bloqueo o malestar físico.

Cuando mi cliente y yo hacemos una sesión de coaching, el cliente está en realidad sanando algún aspecto de su vida. Y entiendo sanando, como mejorando, reponiendo, recuperando, regenerando o incluso fortaleciendo aspectos de su vida que no había detectado por él mismo.

La metodología y filosofía del Coaching no es una terapia, ni es psicología. Mis clientes no son pacientes y cuando detecto una patología, inmediatamente lo derivo a un psicólogo o un terapeuta que le pueda brindar un mayor apoyo en lo que el cliente trae. Paralelamente, quizá se pueda seguir trabajando con Coaching. El Coach se rige por un código de conducta fundamentado en valores muy coherentes y cuidados por la ICF (Federación Internacional de Coaching).

Aun así, después de contaros esto, estoy convencida como Coach y por mi experiencia, que

Muchos de los bloqueos y dolencias a nivel físico, son el reflejo de patrones de pensamientos poco favorables e incluso bloqueos mentales que se hicieron crónicos, son reflejados a un nivel físico.

El pensamiento se convierte en materia: el miedo, la ira, el estrés, la preocupación, la duda, la codicia, la falta de amor  y otras emociones negativas, tienen su equivalente a nivel físico.

Sólo tenéis que atender a lo evidente: cuando tenemos un pensamiento de miedo o de infidelidad, éstos se convierten entre otras cosas en oxitocina. Si estoy contento o si estoy sintiendo placer, mi cuerpo estalla en adrenalina, serotonina y endorfinas. Si tengo hambre, mi boca se llena de saliva. Cada pensamiento que tenemos, nos genera un reflejo material que repercute directamente en nuestro cuerpo.

Dicen que la cara es el espejo del alma. Igualmente nuestra forma de andar, de relacionarnos con los demás, nuestra elasticidad o falta de ella, nuestros dolores físicos en determinadas zonas, o mentales, si tenemos una retención de líquidos, si generamos demasiada grasa sin comer, las posturas que tomamos ante la vida o cada enfermedad por la que pasamos, se traduce en bloqueos mentales y pensamientos crónicos que nuestro cuerpo nos señala para advertirnos de aquello que no nos va bien y que tenemos la obligación de trabajar para ir sanando nuestra vida. Y es que esta vida es nuestro regalo particular y sólo nosotros podremos hacernos conscientes y responsables de lo que en ella nos ocurra para ayudarnos a gestionar e incluso disolver lo que esté contaminando nuestra pureza natural. La pureza con la que nacemos.

Curiosamente no solemos complicarnos demasiado para arreglar lo que se va estropeando en nosotros. Os pongo un ejemplo: cuando se enciende el piloto de la gasolina en nuestro coche, le echamos gasolina ¿no? No vamos y le quitamos el piloto que indica la falta de gasolina ¿verdad? Sin embargo, por ejemplo, cuando nuestro cuerpo nos avisa, de un dolor de espalda, nos operamos y nos quitamos las hernias que tenemos en la columna. Quizá la operación sea necesaria para evitarnos más dolor, sin embargo al hacer esto, no estamos yendo a la raíz de lo que ocasionó que nuestra columna se cargara hasta provocar las hernias, o que se dislocaran las mismas en un momento puntual… hay mucha emoción sin trabajar en una dolencia de espalda. Muy posiblemente, si esa persona operada de hernias en la espalda, hubiera trabajado cuando le comenzaron los dolores  a nivel emocional, la operación no hubiera tenido lugar en su futuro próximo. Y sólo estoy poniendo un ejemplo.

Cuando pregunto a mis clientes ¿Cuáles son los valores más importantes que rigen tu vida? Normalmente, se quedan sin respuesta y pasado un rato, aciertan a responder: Amor, Salud, y otros valores variados. El Amor y la Salud, están ahí en un 90 % de las respuestas. Y yo os pregunto, si el Amor es tan importante para ti. Si es uno de tus fundamentos de vida: ¿qué te está impidiendo amarte sobre todas las cosas? Y si la salud, es otro pilar que sujeta tu vida ¿Qué estás haciendo para invertir en cuidar esa Salud? ¿Qué haces para mimarte, amarte, cuidarte, respetarte por encima de todo?

Ser consciente de que podemos invertir en Salud y en Amor propio, cuando estamos invirtiendo en un proceso de coaching, es vital.  Después de esto, creeréis que hacer un proceso de coaching es caro, sin embargo, mis procesos de coaching son inversiones que una persona puede asumir muy tranquilamente. Se suelen hacer dos sesiones al mes y el pago es equiparable a apuntarse a un gimnasio. Lo único es que tu Coach, no trabajará directamente con tu cuerpo, sino con tu mente y tu espíritu para que repercuta en tu salud y tu mayor bienestar a todos los niveles.

Yo siempre ofrezco la primera sesión de coaching gratis, pues entiendo que a  la persona que va a contratarme, le gustará saber si hay feeling conmigo o no. Y también por mi parte, necesito valorar si esa persona está preparada para el coaching o no lo está. Como Coach necesito que la persona esté comprometida con los cambios que quiere hacer. Necesitamos crear un vínculo común, un FOCO que nos lleve a la META que el cliente propone en el proceso de coaching. En cada sesión del proceso iremos dando pasos hacia la meta del cliente hasta lograr alcanzarla.

El Coach es el apoyo y la luz que alumbra el camino por el que el cliente se decide o no a ir. En ese camino se produce una magia especial en la que el cliente va explorando y descubriendo su verdadero Ser, su esencia. El Ser es el punto de partida de la mente y cuando vuelves a ese punto, te llenas de Paz, silencio y lucidez. El origen de la felicidad se encuentra en este punto. Se trata de ver que detrás de nuestro diálogo interior, está nuestra verdadera esencia y que volviendo a ella, podremos recuperar nuestra verdadera naturaleza. Aquella que perdemos cada día cuando vivimos en la inquietud, la rabia, la queja o el dolor y que nos aleja de nosotros mismos. De nuestro Ser.